María y Héctor, un caso tipico de diebeticos hispanos

María y Héctor padecen lo que muchos hispanos: Diabetes. María, de 61 años, quien dice haber sido diagnosticada con la enfermedad hace 23 años, pero nunca se ha cuidado la salud, a pesar de que sus padres fallecieron a causa de la misma y cuatro de sus ocho hermanos también la tienen. Héctor, de 66, quien descubrió que tenía diabetes hace dos años, pero que ni él ni su esposa sabían cómo empezar para controlar la enfermedad, externó.

Pero ahora que los Hinojosa participan en un programa para el control de la diabetes, el cual ya lleva seis años, ofrecido por Campesinos Sin Fronteras, establecen que su salud y la calidad de sus vidas han mejorado. Han estado participando en el programa de habla hispana desde mayo después de que la hermana de María, fue diagnosticada de lo mismo y les habló sobre el.

La diabetes es un apremiante problema de salud entre la comunidad latina con tasas que casi duplican las de aquellas que no forman parte de este grupo, según el sitio en internet de American Diabetes Association.

Una posible causa para estas tasas tan altas es que los hispanos tienden a tener reuniones familiares donde mezclan alimentos que no siempre equilibrados

Algunos de ellos cuentan con malos hábitos físicos y muchos otros cuentan con un historial familiar de la enfermedad, segun Idolina Castro, quien, como promotora en jefe de Campesinos Sin Fronteras, da clases sobre cómo controlar la diabetes a los participantes.

Antes de formar parte del programa, ambos comían como si no la padecieran y aún cuando supieron que la tenían, continuaron comiendo una gran cantidad de comida alta en grasas y azúcares. A María no le importaba si había comida en la casa mientras hubiera pastel y sodas

Durante años trabajó el turno de la noche y el único modo de permanecer despierta toda la noche era beber cinco refrescos. Una sola lata de soda contiene el equivalente a 10 cucharadas de azúcar

Por medio del programa, la pareja ha podido aprender sobre el tamaño de las porciones así como para saber qué grupo alimenticio contiene. Han aprendido a comer porciones ligeras cinco a seis veces al día, incluyendo comidas y refrigerios.

Comen pollo o carne a la parrilla y diferentes tipos de ensaladas y otras comidas que María prepara. “No me lleno”, comentó María. “Es un cambio drástico”. Es importante también recordar cenar algo antes de ir a dormir en la noche. La gente que no cena se despierta con los niveles de azúcar muy elevados


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