Según explicó Daniel de Luis, endocrinólogo del Hospital Río Hortega y coordinador del estudio, con estas pruebas se resuelve una de las primeras dudas que le surge a un facultativo en cuanto diagnostica una diabetes tipo 2 al que enseguida se le prescriben fármacos e insulina. «Están bien prescritos pero en ocasiones nos olvidamos de que si es un diabético obeso hay un primer escalón terapéutico que es la dieta». Es decir, que un paciente diabético adulto suele estar plurimedicado pero una pérdida del 5% de peso consigue disminuir los niveles de glucosa.
El estudio está basado en el análisis comparativo de 76 pacientes obesos de Valladolid, la mitad diabéticos, una mayoría mujeres, que pesaban 90 kilos y con 47 años de media de edad. A los tres meses de cumplir con la dieta hipocalórica de 1.200 calorías diarias, en ambos grupos los beneficios son idénticos en lo que se refiere a peso, circunferencia abdominal (a la altura del ombligo y cuyas medidas son marcadores de posibles riesgos cardiovasculares) y colesterol. Pero en los diabéticos la glucosa diminuyó 10 miligramos de media. Es decir, de 131 miligramos por decilitro antes de la dieta, el paciente llegó a controlarlos hasta 121, cinco puntos por debajo de la media recomendada por las organizaciones , 126, a partir del cual ya se le diagnostica diabetes.
«De esta manera te puedes plantear quitarle el medicamento, si es un diabético obeso, que ha perdido cuatro o cinco kilos y ha bajado de 131 a 121 la glucosa, y controlar al paciente sólo con la dieta y la pérdida de peso», concluye Daniel de Luis. Un beneficio del que podrían disfrutar entorno al 7% de la población, porcentaje de incidencia de la diabetes en España y que también relativo a Valladolid.

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