El 80% del 'pie diabético' es evitable

El ochenta por ciento de las amputaciones por pie diabético se podrían prevenir si el paciente llevara un control estricto de los medicamentos prescritos y de dieta, acudir periódicamente con su médico familiar, usar zapatos adecuados y cuidarse los pies.

El doctor Julio Mercado Castruita, coordinador delegacional de Atención Médica del IMSS, dijo que el pie diabético es la segunda complicación más frecuente en este tipo de pacientes, después de la neuropatía y México ocupa el tercer lugar en América Latina en la mayor incidencia de esta enfermedad secundaria, detrás de Brasil y Chile.

Todo lo anterior es con el fin de evitar lastimar o lesionar la piel, pues una vez que se lacera la dermis, por mínimo que sea, ya se tiene un alto riesgo de complicación. Es importante, subrayó, comprar el calzado, por la tarde, cuando los pies están más hinchados.

Queda prohibido, dijo el especialista del IMSS, usar tenis y zapatos que produzcan sudoración y humedad. Hay que evitar que el propio paciente o personas no especializadas corten las uñas de los pies, pues un mal manejo es otro factor de riesgo para sufrir una severa infección.

Advirtió que el diabético debe revisarse todos los días sus pies después del baño y secárselos perfectamente, inclusive entre los dedos, para evitar la presencia de la humedad que facilita la reproducción de los hongos, los cuales, en caso de padecerlos, requieren atención médica para eliminarlos pues es otro condicionante.

El doctor Mercado Castruita recomendó mantener lubricada la piel de los pies, de preferencia aplicarse aceite de almendras dulces y no caminar descalzos, así como nunca meterlos al agua caliente para saber si esta fría, pues entre los diabéticos pierden la sensibilidad, sobre todo de las extremidades y pueden sufrir una quemadura.

Explicó que el pie diabético comienza con una pequeña lesión, o mucha resequedad o agrietados; además de alteraciones en la sensibilidad, lo que sucede cunado el paciente refiere no sentir dolor, sólo manifiesta piquetes, adormecimiento, calambres, como tipo descargas eléctricas que van evolucionando hasta que se pierde por completo la sensibilidad.

En este caso, añadió, si el paciente mete el pie en agua hirviendo no siente nada y lo mismo sucede al pisar o tener un clavo enterrado, al cortarse con un cristal o bien si el zapato le queda apretado. Sin embargo, su piel sí va a sufrir daños importantes que favorecen la presencia de procesos infecciosos y hasta grandes abscesos, con complicaciones tan severas, que en el peor de los casos, termina con la mutilación de la extremidad


Hasta 80 por ciento del pie diabético se puede prevenir

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