Hace dos años, uno de sus ciclistas, Jesús Manzano, diseccionó en el diario ' As ' las prácticas de dopaje a las que él se sometió mientras fue corredor del Kelme . Lo confesó por venganza. Evidenció su total falta de ética deportiva. Traicionó la esencia de su deporte recurriendo a decenas de fármacos para elevar su rendimiento. No era diabético, pero tomaba insulina . No padecía impotencia, pero recurría al Androgel. Es un varón, pero se administraba hormonas femeninas. También es humano y por sus venas ha corrido el Actovegin, un preparado a base de sangre de ternera. Mide casi 1,80 metros y tiró de hormonas de crecimiento.... Y relató cómo después de una chapucera transfusión de sangre estuvo a punto de morir.
La encrucijada del ciclismo
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