La diabetes se ha convertido en una fuerte plaga en Estados Unidos; un estimado de 7% de la población sufre de la enfermedad. Aunque la misma no discrimina de acuerdo con la etnicidad, raza o sexo, parece tener sus preferencias. En el 2003, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades reportó que de los 30 millones de hispanos viviendo en EE.UU., más de 1.5 millón ha sido diagnosticado con diabetes.
Los números sólo se han incrementado desde entonces. Según la National Diabetes Information Clearinghouse , los hispanos tienen casi el doble de probabilidad de tener diabetes comparado con los blancos. Uno de cada cuatro mexicanos y puertorriqueños tienen diabetes, pero no lo saben.
La diabetes pertenece al grupo de enfermedades caracterizadas por altos niveles de glucosa. De noventa a 95 por ciento de hispanos con la enfermedad tienen diabetes tipo 2, que se desarrolla entre los adultos. Un número menor, de 5 a 10 por ciento, tiene diabetes tipo 1. Este tipo se desarrolla antes de los 20 años de edad.
Así pues, ¿por qué está la comunidad hispana en tal desventaja? Comparada con la comunidad blanca, nuestra comunidad figura en niveles económicos y educativos más bajos. Educación adecuada y cuidado de salud ayudaría a los hispanos a tener mayores conocimientos de lo que es la diabetes, cuáles son sus efectos en nuestros cuerpos y cómo prevenirla o tratarla en caso de que la tengamos.
Además de la historia familiar, uno de los mayores factores de riesgo para la diabetes tipo 2 es la obesidad. Los niveles de diabetes se están elevando conjuntamente con los altos niveles de obesidad en EE.UU., y más y más niños se convierten en víctimas.
Hispanos y americanos frente a la diabetes
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