Un plan alimentario no puede curar la diabetes por sí solo, pero sí ayuda a controlarla mejor y por ello, este tratamiento dietético debe ser individualizado, variado y equilibrado y además deberá llevarse a cabo durante toda la vida.
“El diabético debe asumir que las comidas son importantes en su vida, ya que forman parte de su tratamiento, por lo tanto si hablamos de tipos de alimentos y cantidades, también hablamos de actividad física, horarios habituales a respetar a conciencia, medicamentos que debe tomar, si es que padece conjuntamente o no otras enfermedades”, señaló Vega Aciar.
Entre las características a tener en cuenta en un plan alimentario se mencionan:
- Debe ser individualizado.
- De acuerdo con las características personales de cada uno y su estilo de vida.
- Balanceando con el tratamiento específico de la insulina y/o fármacos, y/o antidiabéticos orales , etc.
- Fraccionado en 5 ó 6 tomas al día (menor volumen de alimento por toma, mejor control).
- Tener en cuenta la práctica de ejercicio físico.
- Rica en fibra: verduras, legumbres, cereales integrales, fruta en las cantidades adecuadas y equilibradas a cada caso.
- Pobre en grasas saturadas y colesterol para lo cual es menester moderar el consumo de lácteos enteros y los muy grasos, carnes grasas, huevos y sus derivados, vísceras, etcétera, para prevenir a largo plazo las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares
- Controlar los alimentos que contienen hidratos de carbono simples: azúcar, miel, mermelada, jugos y frutas, bebidas azucaradas, golosinas, chocolate , derivados, etcétera.
- Controlar hidratos de carbono complejos: cereales, papas, legumbres.
Se recomendó, asimismo, sustituir el azúcar o elaborar recetas caseras con edulcorantes no nutritivos tales como la sacarina, el ciclamato, el espártame y el sorbitol. Esto debido a que no aumentan los niveles de azúcar en la sangre ni aportan calorías, y beneficia a quienes tienen sobrepeso u obesidad en la diabetes tipo II.
La profesional también brindó otros consejos:
1 - Las comidas de un día para otro deben tener una composición constante, especialmente en la tipo I, alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales, arroz, pastas alimenticias, pan, papas, legumbres, frutas). El médico especialista controlará su distribución por día.
2 - Horarios regulares de comidas y sin evitar ninguna (especialmente en la tipo I, ya que de no ser así, se corre el riesgo de tener bajadas bruscas de azúcar en la sangre produciéndose el cuadro de hipoglucemia).
3 - Fraccionada: 5 ó 6 tomas diarias (menor volumen de alimento por toma, mejor control).
4 - Control en alimentos que contienen hidratos de carbono simples (azúcar, miel, mermelada, bebidas azucaradas, frutas, repostería industrial, golosinas dulces, chocolates y derivados).
5 - Puede permitirse un consumo esporádico y controlado de alimentos que contienen estos hidratos de carbono sencillos, siempre y cuando se tomen junto con otros ricos en fibra o grasa o proteínas. Estos reducen su velocidad de absorción y de este modo impiden aumentos bruscos de los niveles de azúcar en sangre. Algunos ejemplos son: jugos de fruta (contienen fructosa, azúcar de la fruta) sin azucarar; frutos secos (ricos en grasas, proteínas y fibra); leche; bollo con margarina , etcétera.
Asimismo, se recuerda reducir el consumo de grasas saturadas y colesterol.
En la diabetes tipo I se admite el empleo de productos especiales que llevan fructosa e incluyen en su composición mayor cantidad de grasas que sus equivalentes normales (galletas, turrones, chocolates, que llevan fructosa). No ocurre lo mismo en la tipo II, por su asociación al sobrepeso u obesidad.
Hay que tener en cuenta que el alcohol es hipoglucemiante, en caso de tomarlo, incluirlo en las principales comidas y nunca en ayunas.
- Preferir aquellas técnicas culinarias que menos grasa aportan a los alimentos: al agua, cocido o hervido, vapor, rehogado, plancha, horno.
- Utilizar moderadamente los fritos, rebozados, empanadas, guisos y estofados.
- Probar desgrasar en frío, que mejora la conservación y la calidad nutricional.
- Para que la comida resulte más apetitosa se pueden emplear diversos condimentos como: ácidos (vinagre y limón); aliáceos (ajo, cebolla, siboullete, cebollín, puerro, según tolerancia); hierbas aromáticas (albahaca, hinojo, comino, estragón, laurel, tomillo, orégano, perejil); evitar las especias fuertes (pimienta, pimentón, ají chileno).
- El vinagre y el aceite y si es de oliva o maíz mejor, pueden ser macerados con hierbas aromáticas.
- En la elaboración de salsas, los vinos u otras bebidas alcohólicas como ingrediente flambeados pueden hacer más sabrosas diversas recetas.
- Para endulzar los postres pueden emplearse edulcorantes no calóricos y canela y/o vainilla
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