Las personas obesas, sedentarias o que presenten problemas de resistencia a la insulina deberían tener mucho cuidado con la cantidad de patatas que incluyen en su alimentación. Estos tubérculos tienen un índice glucémico muy alto. Es decir, se metabolizan muy rápido y provocan aumentos muy bruscos en los niveles de azúcar en sangre. Si estas oscilaciones se producen de manera más o menos habitual, el individuo puede sufrir problemas en el metabolismo de la insulina y llegar a desarrollar diabetes tipo 2 (la del adulto). Este dato se ha conocido a raíz de un trabajo hecho con más de 85.000 féminas a lo largo de 15 años, publicado en el 'American Journal of Clinical Nutrition'. Las 'adictas' a las patatas, sobre todo fritas, tenían más riesgo de padecer esta patología.
El mundo
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